jueves, 27 de noviembre de 2008

El testimonio de Alicia.


contadores gratis

contadores gratis

Durante este año lectivo me inscribí en un curso de posgrado que dictaba una Universidad. Suelo elegir mi formación teniendo en cuenta: el tema que aborda, los profesores que lo dictan y por último prefiero cursarlos en Universidades reconocidas. Generalmente las Universidades no suelen gestionar ante el Ministerio de Educación un reconocimiento de puntaje de sus cursos. Con lo cual, necesitando sumar puntos para futuros movimientos en el ámbito de la educación pública siempre flotaba en mí un dejo inquietante que en mi interior me cuestionaba el perfil de mis elecciones. Sabía que seleccionarlos de acuerdo a mis intereses y siempre priorizando mi enriquecimiento profesional iba contra otra necesidad de orden pragmática de selección en función de obtener puntos a fin de competir concretamente a la hora de concursar un cargo. Con lo cual este año, me sucedió algo realmente... conmovedor?...
Estaba en el salón trabajando con los niños y como es costumbre (ya disertada en otra entrada) entra intempestivamente a la clase un señor e interrumpiendo la misma, me dice:
- Vengo a ofrecerle un par de cursos que como vencen a fin de año, los estamos promocionando a precio de oferta. (Me alcanza una hoja con el nombre de cada uno de ellos y el puntaje que otorga). Agrega: -Las maestras se han anotado en los que dan más puntos. Si Ud ya hizo éste puede hacer este otro (señala el que dice: La educación física hoy- tema que no me interesaba en lo más mínimo)
Lo importante, continúa, es el puntaje que dan y la facilidad con que lo cursa. Mire, Ud. no tiene que hacer los trabajos prácticos, directamente tiene que presentarse en el colegio.... a las 18 hs. Allí tiene que realizar el examen que se le exige para que le demos el título en marzo del año próximo.
Azorada pregunté- ¿Pero cómo voy a rendir un examen, en el que faltan dos semanas, sin haber cursado los temas?.
-No se haga ningún problema, eso es lo de menos. Tiene que llevar el módulo. Que se los traigo la semana entrante porque ahora no tengo más.
Me parecía, sin duda, absolutamente poco serio, pero volvían a mis pensamientos que esa era la manera con que los docentes acumulaban suficientes puntos como para competir, mientras que mi formación me impedía participar en los concursos.
Decidí inscribirme en dos. Llegó el día. Efectivamente estaba lleno de docentes que sentados en grupos y con los módulos aún envuelto en sus bolsas de nylon, colocaron sobre la mesa. Así, con libro abierto, comenzamos a responder las preguntas del examen. Se pasaban las hojas. Algunos grupos contestaban las preguntas entre todos.
Una docente se había anotado en 8 cursos y los rendía todos ese día. Nos dieron de las 18:45 a las 21:00 horas. Ella pedía si teníamos las respuestas de algunos de sus cursos a cambio de alguno de los que ella hubiere ya respondido. En mi caso, ninguno coincidía. Otra docente algo trabada en la búsqueda de las respuestas a libro abierto creía que ya no podría terminarlo cuando el promotor le ofreció el examen de otra alumna para que se copiara de él.
Salí del lugar azorada... pero... sumé 0,60 de uno de los cursos y 0,39 del otro que para nuestro sistema educativo es altísimo. Del que hice en la Universidad no obtuve puntaje... Pero ¿dónde creen Uds. que aprendí más?... luego... ¿Dónde se forman la mayoría de los docentes argentinos?

No hay comentarios: