jueves, 27 de noviembre de 2008

El testimonio de Alicia.


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Durante este año lectivo me inscribí en un curso de posgrado que dictaba una Universidad. Suelo elegir mi formación teniendo en cuenta: el tema que aborda, los profesores que lo dictan y por último prefiero cursarlos en Universidades reconocidas. Generalmente las Universidades no suelen gestionar ante el Ministerio de Educación un reconocimiento de puntaje de sus cursos. Con lo cual, necesitando sumar puntos para futuros movimientos en el ámbito de la educación pública siempre flotaba en mí un dejo inquietante que en mi interior me cuestionaba el perfil de mis elecciones. Sabía que seleccionarlos de acuerdo a mis intereses y siempre priorizando mi enriquecimiento profesional iba contra otra necesidad de orden pragmática de selección en función de obtener puntos a fin de competir concretamente a la hora de concursar un cargo. Con lo cual este año, me sucedió algo realmente... conmovedor?...
Estaba en el salón trabajando con los niños y como es costumbre (ya disertada en otra entrada) entra intempestivamente a la clase un señor e interrumpiendo la misma, me dice:
- Vengo a ofrecerle un par de cursos que como vencen a fin de año, los estamos promocionando a precio de oferta. (Me alcanza una hoja con el nombre de cada uno de ellos y el puntaje que otorga). Agrega: -Las maestras se han anotado en los que dan más puntos. Si Ud ya hizo éste puede hacer este otro (señala el que dice: La educación física hoy- tema que no me interesaba en lo más mínimo)
Lo importante, continúa, es el puntaje que dan y la facilidad con que lo cursa. Mire, Ud. no tiene que hacer los trabajos prácticos, directamente tiene que presentarse en el colegio.... a las 18 hs. Allí tiene que realizar el examen que se le exige para que le demos el título en marzo del año próximo.
Azorada pregunté- ¿Pero cómo voy a rendir un examen, en el que faltan dos semanas, sin haber cursado los temas?.
-No se haga ningún problema, eso es lo de menos. Tiene que llevar el módulo. Que se los traigo la semana entrante porque ahora no tengo más.
Me parecía, sin duda, absolutamente poco serio, pero volvían a mis pensamientos que esa era la manera con que los docentes acumulaban suficientes puntos como para competir, mientras que mi formación me impedía participar en los concursos.
Decidí inscribirme en dos. Llegó el día. Efectivamente estaba lleno de docentes que sentados en grupos y con los módulos aún envuelto en sus bolsas de nylon, colocaron sobre la mesa. Así, con libro abierto, comenzamos a responder las preguntas del examen. Se pasaban las hojas. Algunos grupos contestaban las preguntas entre todos.
Una docente se había anotado en 8 cursos y los rendía todos ese día. Nos dieron de las 18:45 a las 21:00 horas. Ella pedía si teníamos las respuestas de algunos de sus cursos a cambio de alguno de los que ella hubiere ya respondido. En mi caso, ninguno coincidía. Otra docente algo trabada en la búsqueda de las respuestas a libro abierto creía que ya no podría terminarlo cuando el promotor le ofreció el examen de otra alumna para que se copiara de él.
Salí del lugar azorada... pero... sumé 0,60 de uno de los cursos y 0,39 del otro que para nuestro sistema educativo es altísimo. Del que hice en la Universidad no obtuve puntaje... Pero ¿dónde creen Uds. que aprendí más?... luego... ¿Dónde se forman la mayoría de los docentes argentinos?

martes, 14 de octubre de 2008

ACERCA DE LA FRAGILIDAD DE LAS COSAS...

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Llego a la escuela. El portero sale a mi encuentro para decirme que encontró la huerta de vidrio diseminada por el salón. Las habíamos realizado con los nenes de tercer grado un par de semanas atrás. A partir de los cambios que en ellas se van produciendo, los niños van completando una ficha de observación.
Efectivamente: las papas, cebollas, remolachas, batatas... permanecían con sus hojas y largas raíces en distintos sectores del piso del aula en medio de un gran charco de agua. Los frascos eran los únicos que permanecían en la ventana.
Una nueva decepción me sacudió. No es la primera vez que sucede. Ya hemos perdido algunas plantas por ejemplo las de ajo y las de zanahoria. Del ajo nunca supimos su paradero mientras que las zanahorias aparecieron rotas y otras en el tacho de basura.
Es complicado intentar sostener procesos de pensamiento que requieran materiales en procesos de transformación o láminas confeccionadas por los nenes, pues suelen aparecer rotas o desmembradas.
Recuerdo lo ocurrido en una clase de ciencias. Estábamos observando las partes de una planta. Un curioso niño observando con atención la planta que sostenía en sus manos preguntó por dónde respiraban las plantas. Agrega: "Nosotros tenemos nariz, ¿qué tienen las plantas para poder respirar?.
Les hablé entonces de los estomas y se entusiasmaron con la idea de poder verlos en el microscopio. Pedí microscopios en la biblioteca (ya que no tenemos laboratorio) pero la bibliotecaria dijo que no teníamos ese tipo de instrumentos. Una colega tenía uno guardado en su armario. Era de su propiedad pero creía que ya no funcionaba. Pasé parte de la hora intentando arreglar el artefacto. La magia del tema se iba desvaneciendo a medida que pasaba el tiempo.
Finalmente logré hacerlo funcionar y los niños a través de una larga fila pudieron observarlos.

Ah!!!Mi querido Ministro y técnicos en educación. Muchas son las teorías y pensamientos que se elaboran sobre un escritorio. Lejos está la realidad concreta de las aulas. Piden que enseñemos a pensar, a sostener y trabajar con procedimentales del pensamiento como: observar, comparar, hipotetizar, etc, etc... utilizando estrategias y elementos que nos permitan arribar a conclusiones. Pero el escenario escolar de la desidia (que no es únicamente aúlica sino del modo de habitar de muchos ciudadanos argentinos que por ejemplo escriben los escritorios de las escuelas o pintan con aerosol esculturas o rompen los juegos de las plazas públicas, o los bancos de los trenes, etc) hace que resulte agotadora y pesada la tarea: no contar con el material adecuado para llevar a cabo ciertas experiencias, encontrar el trabajo que llevó tiempo y esfuerzo roto o desmembrado.
Siempre sin responsables o con la firme convicción como una vez dijo un alumno mío: "total, acá no pasa nada". Finalmente muchos docentes terminan explicando con una tiza y el pizarrón, en el mejor de los casos. Y nadie podría ilustrarlo mejor como el filósofo Baudrillard (fallecido hace poco) en su obra "Cultura y simulacro": Me interesa descubrir las ambigüedades, los desequilibrios, toda esa parte maldita de la que hablaba Bataille. Mi pasión no es la de saber sino la de identificar la fragilidad de las cosas, la reversibilidad de la ilusión, las contradicciones de la existencia. Y la escritura y el lenguaje son una forma de jugar con eso, aunque no la única. J. Baudrillard

jueves, 22 de mayo de 2008

25 DE MAYO: FECHA PATRIA ARGENTINA

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Cuando Alicia está con el Sombrerero Loco, la Liebre de Marzo y el Lirón, la Liebre le dice: "Debieras decir lo que piensas” y Alicia responde “¡ Si eso es lo que estoy haciendo! Al menos..., al menos pienso lo que digo..., que después de todo viene a ser la misma cosa ¿no?”
-“¿La misma cosa?¡De ninguna manera!”
Niega el Sombrerero. Y el ejemplo más claro lo pone el Lirón “No es lo mismo decir respiro cuando duermo que duermo cuando respiro” No es lo mismo p ­­ q, que q p, ¿no? ¡Lógica!

Arde Argentina. Desde el fondo de las entrañas, se sacuden embravecidos y enardecidos los fuegos internos. Las llamas caldeadas ya no logran sofocarse en su interior. No resisten tanto tóxico y comienzan a emanar hacia el exterior. No sólo arde desde el centro de sus entrañas como sabemos que está ocurriendo con el volcán Chaitén también ardieron en la ribera de Entre Ríos. Las llamaradas de fuego redujeron la visibilidad causando humo y neblinas.
Pregunto a una alumna:
-¿Por qué faltaste, Sofía?
-Mi papá no podía pagarme el micro escolar. Ayer vendió su celular y hoy pude venir.
A otra niña, le pregunto:
-¿Qué te pasa Maitena? ¿No te sentís bien?.
-Me duele la cabeza –responde.
-¿Almorzaste antes de venir?
-No.
-¿Tenés hambre?...
-Sí.

Los niños tuvieron que hacer una encuesta por el día del trabajador y uno leía en sus respuestas la cantidad de horas que trabajan sus padres 14 o 15 horas incluídos los sábados por, en el mejor de los casos, $1.200 para mantener a 5 o 6 hijos, sueldos en negro y tantos otros niveles de explotación que quedaba absorta escuchando realidades que supone superadas, en tanto, años construyendo los derechos del niño, los derechos humanos, un estado persiguiendo las evasiones cuando es el estado el primero en pagar en negro, etc. (Me recuerda el libro: Cultura y Simulacro de Baudrillard). Mas luego venía a mi mente qué podría sorprenderme cuando mi propio sueldo se iguala al de un portero (y no porque un portero gane bien) o un amigo mío Doctor en física, investigador del CONICET (el centro princeps de investigación en la Argentina) gana $2.500.

Arde Argentina. Arde y duele.

Lo más conmovedor es que los niños desean venir a la escuela.
Una profesora nos decía: “Las discrepancias entre las sensaciones de profesores y estudiantes hablan de sujetos que establecen relaciones distintas con la realidad cotidiana de la escuela”.
El malestar tiene que ver, en parte, con la dificultad de poder establecer distancias con lo que nos incomoda, conmueve o enoja, plantear matices, y poder ver alguna perspectiva de cambio. En la literatura la existencia de un narrador que piensa desde afuera de la experiencia, sugiere que los humanos pueden “apoderarse de la pesadilla y no sólo sufrirla"

Poder salirse de la pesadilla, entonces, para no quedar encerrados en el eterno padecimiento, o en la caída melancólica.

Esta misma profesora toma un pasaje de la filósofa Arendt con el que deseo homenajear este nuevo aniversario de la gesta de Mayo, fecha patria para los argentinos, en cuanto este día nos rememora el intenso deseo de romper con todo intento de esclavitud y lograr la independencia de todo tipo de opresión .

“Para cerrar estas reflexiones sobre la cuestión del malestar, y aunque suene repetido, quisiera retomar a Arendt y sus planteos en un artículo que escribe llamado: "La crisis de la Educación", un texto que escribió en 1954 pero que conserva mucha actualidad. Allí, Arendt postula que la educación es “el punto en el cual decidimos si amamos al mundo lo suficiente como para asumir una responsabilidad por él, y de esa manera salvarlo de la ruina inevitable que sobrevendría si no apareciera lo nuevo, lo joven. Y la educación también es donde decidimos si amamos a nuestros niños lo suficiente como para no expulsarlos de nuestro mundo y dejarlos librados a sus propios recursos, ni robarles de las manos la posibilidad de llevar a cabo algo nuevo, algo que nosotros no previmos; si los amamos lo suficiente para prepararlos por adelantado para la tarea de renovar un mundo común.” Es importante, entonces, volver a plantearse la generosidad con los que llegan, confiar en que van a hacer algo mejor. Aún cuando el mundo sea muy injusto y la realidad muy dolorosa, pensar que puede haber otros futuros es antes que nada ser generoso con los que vienen, y con nosotros mismos. Que no estamos condenados al padecimiento".

jueves, 1 de mayo de 2008

PARA LEER EL NUEVO POSTEO CLICKEAR DONDE DICE: MAYO.

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HOMENAJE A SILVIA BLEICHMAR.

Quiero citar unos párrafos del libro “La subjetividad en riesgo” de la Dra. Silvia Bleichmar. Psicoanalista argentina fallecida que nos ha dejado un entrañable y riquísimo material.

Me gustaría pensar estos recortes aúlicos vividos y narrados abajo. Podemos percibir un niño que sufre, dando cuenta de su dolor.

Durante la transferencia se ponen en juego varios afectos. Por un lado, mi intento de contener y aliviar el malestar del niño, mi propia incapacidad o la sensación de una insuficiente o fallida intervención, que gira en torno de la imposibilidad de mi entera entrega a la escena, mi mente no sólo intenta estar ahí sino que se inquieta entre los otros niños que entran o salen del salón, se pelean, o toman partido, mientras transcurre la situación.

Experimento malestar por esto. Comienza a sumarse, además, la percepción de mi propio sufrimiento, mi propio malestar.

¿De qué propio sufrimiento o malestar estaría hablando?

Dice Bleichmar... “Hace ya años el pensamiento de Marcuse definió como “represión sobrante” los modos con los cuales la cultura coartaba las posibilidades de libertad no sólo como condición del ingreso de un sujeto a la cultura sino como cuota extra, innecesaria y efecto de modos injustos de dominación.

Con el mismo espíritu podríamos definir hoy como “sobremalestar”, o “malestar sobrante”, la cuota que nos toca pagar,la cual no remite sólo a las renuncias pulsionales que posibilitan nuestra convivencia con otros seres humanos, sino que lleva a la resignación de aspectos sustanciales del ser mismo como efecto de circunstancias sobreagregadas.

Las dificultades materiales, la imposibilidad de garantizar la seguridad futura y el cercenamiento de metas, en general, no alcanzan para definir, cada una en sí misma, este “malestar sobrante”- si bien cada una de ellas y con mayor razón todas juntas podrían ser motivo del mismo en numerosos seres humanos.

El malestar sobrante está dado, básicamente, por el hecho de que la profunda mutación histórica sufrida en los últimos años deja a cada sujeto despojado de un proyecto trascendente que posibilite, de algún modo, avizorar modos de disminuciòn del malestar reinante.

Porque lo que lleva a los hombres a soportar la prima de malestar que cada época impone, es la garantía futura de que algún día cesará ese malestar, y en razón de ello la felicidad será alcanzada. Es la esperanza de remediar los males presentes, la ilusión de una vida plena cuyo borde movible se corre constantemente, lo que posibilita que el camino a recorrer encuentra un modo de justificar su recorrido.

Y el malestar sobrante se nota particularmente, en nuestra sociedad, en el hecho de que los niños han dejado de ser los depositarios de los sueños fallidos de los adultos, aquellos que encontrarán en el futuro un modo de remediar los males que aquejan a la generación de sus padres. La propuesta realizada a los niños- a aquellos que tienen aún el privilegio de poder ser parte de una propuesta- se reduce, en lo fundamental , a que logren las herramientas futuras para sobrevivir en un mundo que se avizora de una crueldad mayor que el presente.

La “vejez melancólica”, dice Norberto Bobbio en ese maravilloso texto: De senectute, es la conciencia de lo no alcanzado y de lo no alcanzable. Se le ajusta bien la imagen de la vida como un camino, en el cual la meta se desplaza siempre hacia delante, y cuando se cree haberla alcanzado no era la que se había figurado como definitiva. La vejez se convierte entonces en el momento en el cual se tiene plena conciencia de que no sólo no se ha recorrido el camino, sino que ya no queda tiempo para recorrerlo, y hay que renunciar a alcanzar la última etapa.

Somos parte de un continente que ha sido arrastrado a la vejez prematura, cuando aún no había realizado las tareas de juventud y es en razón de ello que nos vemos invadidos por la desesperanza, la cual toma la forma, en muchos casos, no de la depresión sino de la apatía, del desinterés.

Los psicoanalistas contribuimos poco a la resolución del malestar sobrante cuando, en lugar de encontrar los resortes que lo producen-no sólo en el mundo entorno, en nuestros pacientes y en los espacios en los cuales nos corresponde dilucidar las fuentes del sufrimmiento, sino también, en nuestra propia teoría y en los paradigmas que suponemos nos sostienen-nos consideramos sus víctimas, sumando al desaliento la parálisis intelectual y la oquedad de fórmulas que ya no sirven sino como rituales despojados de sentido.

El malestar sobrante está dado por algo más, que somete al desaliento y a la indignidad, y nos melancoliza como viejos. El malestar sobrante está dado por la cantidad de inteligencia desperdiciada, de talento y entusiasmo sofocado, con el cual cada uno paga el precio de su propia inserción.

Si lo imprevisible es lo posible, al menos que no nos tome despojados de nuestra capacidad pensante, que es aquello que puede disminuir el malestar sobrante, ya que nos permite recuperar la posibilidad de interrogarnos, de teorizar acerca de los enigmas, y mediante ello, de recuperar el placer de invertir lo pasivo en activo


sábado, 26 de abril de 2008

TÍTULO: DE UN HORIZONTE INCIERTO... (cuando advienen irrupciones violentas y no se sabe hasta dónde pueden llegar).

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Descripción de una escena aúlica:
Esta experiencia relata un día de clase, en un aula del conurbano (una escuela céntrica de una localidad bonaerense –Pcia. de Buenos Aires), constituída por alumnos que cursan el tercer grado, es decir con 8 años de edad aproximadamente.
Era un 12 de noviembre. Omar llega nervioso a clase. Irascible y fastidioso no se lo observa con ánimo para trabajar, no se engancha con el tema que estamos conversando en clase. Intento sentarlo junto a mí (sólo vinieron 8 chicos ya que es un día de fuerte tormenta). Se niega. Se sienta solo. Desde allí empieza a hacer bollos de papel que tira hacia la cara de Alejandro. Alejandro se para diciéndome que le va a pegar. Vuelvo a intentar hablar con Omar, intento preguntarle qué le pasa: “Si pudieras contarme lo que te enoja, tal vez podría ser más sencillo solucionarlo y vos te sentirías más aliviado”.
No me habla, su mirada se pierde fija en el entorno. Se para, toma la cartuchera de Pedro y se la revolea. Como estaba abierta vuelan por el aire lápices, goma, sacapuntas, etc. Pedro agrega: Mirá seño, mirá. Omar toma la regla y se la tira a la cara de Pedro.
Intento volver a pedirle que conversemos, lo invito a sentarse junto a mí. Se niega. Sigue provocando a los compañeros toma sus mochilas con intención de arrojárselas, intento persuadirlo, lo invito a la reflexión, tomo un títere e intento llevarlo a un campo más simbólico. Un títere que intente poner en palabra su malestar. El toma con brusquedad el muñeco y lo tira. Pregunto a la clase si pasó algo en el micro escolar.
Jeremías dice que el enojo de Omar es que Alejandro lo apoya (esto es le apoya sus genitales en la cola de Omar) y le hace la cucharita (refriega sus genitales sobre el cuerpo del niño).
Hablo con Alejandro. Alejandro dice que Omar también lo hace. Jeremías y Pablo comentan que Omar grita por la ventana del micro escolar: “Cuánto cobrás para que te cojan?” a los transeúntes que pasan por las veredas.
Además dice Jeremías y Pablo, Alejandro muerde. A mí me mordió el dedo, dice el primero y a mí el hombro.
Intenté hablar con el grupo. Hablamos del respeto del cuerpo ajeno, de que la genitalidad de un ser humano está construída en el pudor, en la intimidad y en el amor. Aún así, Omar continuaba muy agitado. Pedí ayuda ya que podía lastimar o lastimarse. Quien estaba a cargo del gabinete, estaba reunida con la directora. No me animé a interrumpir ya que hube notado en otras oportunidades el malestar que les provocaba cuando algún docente se disponía a cortar la charla. Malestar que se traducía en un grito de parte parte de la directora hacia el maestro para que no moleste.
Finalmente recurrí a mi compañera del grado contigüo. Como allí tampoco Omar lograba tranquilizarse, llamé de inmediato a la casa de Omar para que vinieran a retirarlo.
Para todo esto, ya casi finalizaba la tercer hora de clase.
Esta experiencia que relata apenas un día de clase, no era sólo un día sino el transcurso de los días que podría ilustrar uno tras otro colmados no sólo con improperios dirigidos hacia cada una de las personas de la institución sino hacia ellos mismo y hacia los otros compañeritos como grafiqué en el caso de Omar o de Alejandro, por citar algunos.
Recuerdo que siendo un 19 de noviembre apenas entran los niños al salón, Omar pide ir al baño. Lo dejo. Mientras converso con los niños entra al salón la Sra directora con Omar diciéndome que el niño estaba jugando, escondiéndose en el baño, que no deje ir a los niños en horas de clase.
Esta escena lo conmueve, ofende, molesta a Omar de tal manera que cuando se va la directora no quiere trabajar.
Me acerco a Omar para persuadirlo de su actitud y me grita “SALÍ”, “ANDATE A LA MIERDA”, “PUTA DE MIERDA”. “LA DIRECTORA ES UNA PUTA DE MIERDA”, “ES UNA PELOTUDA DE MIERDA”. Ante la mirada absorta de los otros, expectantes hacia lo que iba a hacer, entre murmullos de algunos, inquietos por sus palabrotas. Le puse unos juguetitos sobre la mesa. El muñequito le habla diciéndole que él estaba muy enojado y molesto por la situación. El los toma y se esconde debajo de mi escritorio. Juega con ellos, se escucha su vocecita intercambiando los distintos personajes, unos avalanzándose sobre los otros, gritándose, etc y se queda allí un buen rato.

lunes, 21 de abril de 2008

Malestar en el ámbito escolar

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En la segunda clase de un curso que estoy realizando la profesora Perla Zelmanovich pregunta:
¿Por qué nos sentimos tan desprovistos para hacerle frente a las situaciones educativas para las que se supone deberíamos estar preparados?. Más precisamente, se vincula a un aspecto del “no estar preparados”, que atañe a las dificultades que se producen cuando nos vemos enfrentados a situaciones en las que es necesario compatibilizar el “para todos” que se juega a la hora de trabajar con grupos de alumnos, con el “uno por uno”, que se impone a la hora de atender situaciones de niños que no ingresan en los ritmos, los tiempos, las modalidades, las propuestas y el lazo social que se despliegan en el grupo. Zelmanovich, lo ilustra con el siguiente comentario de un docente:

“No me puedo ocupar de Juancito que no atiende, que no entiende, que se escapa, que hace siempre lo que quiere, porque tengo todo un grupo del cual ocuparme y que no puedo desatender. Eso sería injusto para el resto”.

Partimos de la premisa de que este ejemplo, no nos habla sólo de Juancito, sigue meditando la profesora, también nos puede hablar de los rasgos de la cultura que se ponen en juego en una institución para la producción de Juancito como lo extranjero. Nos habla de las expectativas, de los ideales sociales y educativos en los que se produce la operación inconsciente, que ubica de tal o cual manera lo extraño, lo diferente que “no encaja”.

Las consecuencias que tiene esta hipótesis para una clínica socioeducativa es estar advertidos de que en el campo de la educación, en particular de la educación escolarizada, al estar trabajando sobre construcciones producidas bajo el paradigma de la racionalidad moderna, el elemento excluido (que varía según los contextos) está en relación al sujeto universal que construye el discurso de la educación.

Finalmente, la profesora agrega: Este modo de pensar permite ubicar los efectos y eficacias de las paradojas y contradicciones de la llamada escuela de la modernidad, cuya universalidad, o cuyo sujeto universal, se fundaría según esta hipótesis, bajo la condición de existencia de un sujeto excluido.

Ahora bien: desarrollaré con más detalle en la próxima entrada mi propia hipótesis que gira en torno a que si habría que ubicar un sujeto excluído, esa figura es el docente. Desarrollaré mi pregunta acerca de si existe un sujeto universal, en tanto cada vez con más fuerza se impone el relativismo, particular, singular, parcial.

Las reflexiones del siglo XX están marcadas por la captura de un destello: lo que puede poseerse solamente a condición de perderse.El concepto de subjetividad es deudor del concepto de representación, allí donde hay representación hay ausencia, y donde hay presentación y representación hay división, y esto resiste a que se hable totalmente a su respecto, pero no pierde por ello su capacidad de ser inteligible. No hay verdad sobre lo verdadero. Sí hay inmanencia paradójica.

Subjetividad (en esta época) es una configuración local, singular, donde se sostiene una verdad. Una subjetividad designa un múltiple en una determinada situación; es una multiplicidad donde se conforma una verdad rara. La subjetividad es constitucionalmente singular.Produce un efecto de verdad, ya que de lo azaroso que no es arbitrario hay una inteligibilidad posible.


lunes, 24 de marzo de 2008

CONCURSO

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Les paso el siguiente CONCURSO.
El 2008 ha sido declarado, por decreto presidencial, “Año de Enseñanza de las Ciencias”.
Hoy, muchos profesores organizamos proyectos en el que incluímos el uso de las nuevas tecnologías. El Premio Educ.ar – Intel consiste en la presentación de experiencias docentes innovadoras en los usos efectivos de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en las aulas. Va dirigido a todos los niveles: Inicial-primario-secundario y superior. La presentación de los trabajos es hasta el 18 de AGOSTO.
Les paso el enlace para que puedan obtener mayor información y conocimiento de los premios:

ACA

domingo, 16 de marzo de 2008

Mirando con otros ojos...

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“No controlamos casi nada, es inútil preocuparse o tratar de controlar hasta el último detalle de nuestra vida”[1]. Innumerable cantidad de situaciones nos toman por sorpresa o vienen a desordenar las piezas de nuestra existencia.

Cuando en las clases de filosofía leía artículos en los que ciertos teóricos afirman: Dios ha muerto[2], yo pensaba inexorablemente al revés: “la omnipotencia del hombre está comprobadamente muerta”. No sé qué más pruebas necesitan. Lo vemos por ejemplo en la limitación de las teorías que el hombre construye; en su propia fragilidad y temporalidad...

Yo empecé mi camino en el magisterio y por él fui avanzando. Inicié la universidad. Me recibí. Accedí a instituciones privadas de prestigio. Progresé alcanzando cargos jerárquicos. Generé ideas y promoví espacios de formación. Hasta aquí todo resultaba prometedor o exitoso[3].

Con los años, entendí que debía volver al grado para cumplimentar esos cuatro años que me faltaban.

No sentí horror por la decisión, es más, sentí una profunda alegría.

Más luego, la respuesta se hizo sentir. Los que se iban notificando me devolvían cierta sensación de vergüenza y ya no deseaba contarlo.

Me retornaba un eco de rechazo en sus miradas y gestos. Estas provenían de la sociedad en general, entre ellas, de algunos maestros a los que formé, de los dueños de las escuelas privadas en las que trabajé, de algunos directivos de otros niveles con los que compartí. Me cruzaba con algunos de ellos en mi camino hacia la escuela. Por lo general cargada de bolsos conteniendo: cuadernos, libros y/o afiches y por supuesto revestida en mi blanco delantal.

Esos gestos, esas miradas no sólo bajaban mi calificación o reputación en tanto MAESTRA sino que además todo mi ser, mi esencia era descalificada. ¡VOLVISTE AL GRADO!, VOS...QUE SOS PSICÓLOGA...- exclamaban con rechazo. ¡SOS MAESTRA!... ¡EN UNA ESCUELA PÚBLICA!- repetían con aire despectivo.

El tono marcaba una profunda desaprobación. Una fuerte sensación de fracaso era inoculada por mis venas. Cada palabra funcionaba como un latigazo que me mandaba al final de la fila. Una real y auténtica PERDEDORA. Una inútil, ya que para volver al grado, algo de mi calificación profesional no debería de haber andado.

Intenté abandonarme al fluyo de mi existencia cotidiana. De todos modos lo que tuviera que acontecer, acontecería más allá de mis cálculos.

En mis ensoñaciones imaginaba que si me encontrara con Freire o con Dewey o Celestin Freinet o con muchos otros, no les causaría humillación que un maestro volviera al aula.

Recuerdo que mi hermana me dijo una vez: El barco está seguro en el puerto pero no fue construído para eso.

Hoy, estamos frente al ocaso de los grandes pedagogos, esos que pensaban y escribían desde el aula. Han sido sustituídos por equipos técnicos especializados en parcelas muy específicas del saber pedagógico.

Muchos técnicos escriben y piensan la educación desde un escritorio. Tal vez sea esto lo que los aleje de esta suerte de contaminación o vaya a saber uno de qué los preserva. Todo parece indicar que se es obrero o se es pensador.

No puedo controlar lo que siento, es que por ahí circula mi deseo y efectivamente percibo que siempre hablaré desde el aula. a esta altura estoy plenamente convencida, que han sido mis desaciertos, mis equívocos, los que siempre me han impulsado a hacer algo: cómo ir mejorando esto o cómo entender aquello que insiste o preguntarme si efectivamente era tal o cual método el que no resultó, o interrogarme sobre las causas por las cuales X grupo de alumnos concluyeron el año habiendo aprendido tan poco... ¿qué paso?. Es decir, no encarno ningún SABER CERRADO, ni poseo todo el saber disponible. A lo sumo, comparto junto con ustedes las tensiones que se producen en el tránsito de nuestro quehacer, los malestares, los desaciertos, las vicisitudes del sujeto que enseña.

Ojalá nunca me alcance ese halo de reflexionar, de juzgar o de inventar por fuera de la práctica, simplemente, porque me asusta la posibilidad de volverme CIEGA.



[1] A partir de esta frase extraída del libro: “La suma de los días” de Isabel Allende inspiro la continuidad de mi escrito.

[2] COHEN, ESTER (1998), “Genealogía del concepto de subjetividad”, en: Ensayo y Subjetividad, Ed. Eudeba .Bs As. Pag 101-112

[3] En Oriente, la realización del hombre consiste en liberarse de la ilusión de tener un ego, accediendo así a una realidad global, colectiva y cósmica. En Occidente el éxito está afirmado en el engrosamiento del propio narcisismo a partir del cumplimiento de los ideales señalados por la cultura.

sábado, 8 de marzo de 2008

SIEMBRA VIENTOS Y COSECHARÁS TEMPESTADES.

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El 10 de marzo se cumple un mes de este blog. Durante este tiempo pensé qué subir. No justamente por no tener qué decir sino simplemente porque se me agolpaban tantos temas que no podía realizar un sólo recorte. Finalmente decidí compartir esta experiencia:

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Habiendo empezado un nuevo ciclo lectivo, me preparaba obstinada a luchar sin tregua contra un sistema, que, aguerrido combate intentando dominar mis fuerzas.

La última semana de compensación repartí mis esfuerzos pintando el salón para borrar las escrituras colmadas de improperios de los más escandalosos que el lector pueda imaginar. Como por ejemplo: (Firma el puto de 3ro B- Esta noche chupame la pija- No seas cagón “PELOTUDO”- Julián cojeme asta morir, etc. etc.). ¿Qué podría inquietarme de esos graffitis escritos con liquid o fibrón sobre las paredes?. ¿Qué necesidad tenía de borrar con la pintura esas palabras que hoy en día parecen no asombrar, ni inquietar, ni ruborizar a nadie?. Ni siquiera a mis alumnos de primer ciclo, porque muchos de ellos las usan, porque muchos de ellos las escuchan a diario. Alguien dijo por ahí: No existen las MALAS PALABRAS simplemente existen palabras.

Pero entonces ¿qué me conmovía?. ¿Por qué me obstinaba en gastar dinero y esfuerzo?. Luego recordé una nota publicada en la Nación realizada a Santiago Kovadloff, quien decía: “La decadencia de los pueblos suele iniciarse con el envilecimiento de las palabras, con el abandono del interés por lo que implican como signos de aptitud para la convivencia, la recíproca credibilidad y la preservación de los matices que hacen posible el entendimiento”.

De la calidad y del rigor del lenguaje dependen también la calidad y el rigor del pensamiento, decía un profesor mío de filosofía pero había más...

Yo pensaba que mi obsesión por borrarlas era simplemente apelar a la censura y punto. Pero cuando pude conectarme con mis sentimientos, advertí que lo que me entristecía profundamente era que encontraba en ellas un BORRAMIENTO DEL OTRO HUMANO. Fue esa indiferencia social en la que todo da lo mismo. Ya no hay construcción de intimidad, lo público (como las paredes, los bancos, etc.) es usado bajo el capricho y el arrasamiento. Además, está acompañado y reforzado por un medio social en el que no dejamos de ver ejemplos en la televisión o en la radio o en los posters, donde en la mayoría de los programas se habla con un vocabulario soez, en los cuales, cualquiera dice cualquier cosa de otros, muchas veces calumniándose unos a otros, o se llega a extremos del mal gusto, con tal de subir los puntos de rating.

Pinté, lavé los vidrios y limpié la sala (ya que los porteros de la noche endilgan la limpieza de mi salón a los de los turnos anteriores y viceversa, finalmente ninguno de ellos responde en su función). Coloqué las cortinas que había hecho el año anterior y que me había llevado a casa para lavar. Lucían almidonadas y frescas.

Finalmente me senté en mi escritorio y miré el aula. Era el último viernes anterior al inicio de las clases y por un momento me sentí fatigada.

Para terminar retomo a Santiago Kovadloff, quien señala: “Poco pueden importarnos nuestros semejantes si hacemos un uso prostibulario del lenguaje. Si no nos interesa lo que decimos ni el modo en que lo hacemos, tampoco pueden interesarnos aquellos con quienos nos comunicamos”. Esto tiene sus consecuencias y de hecho ya las estamos padeciendo. No es solamente peligroso es además bíblico: SIEMBRA VIENTOS Y COSECHARÁS TEMPESTADES.

martes, 26 de febrero de 2008

ALICIA PERDIDA EN EL LABERINTO DE LOS EXPEDIENTES


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Mañana calurosa como pocas, bolso en mano cargado con mis títulos, altas, CEC 15, documento de identidad, recibos de sueldos prolijamente acomodados por fecha, y todo papelito que pudieran imaginarse. Obsesivamente había repasado mentalmente toda la documentación la noche anterior pero me recorría una extraña sensación de que se me olvidaría justo ese papelito que...

Es que, con absoluto valor, había decidido dirigirme hacia el mismísimo MINISTERIO DE EDUCACIÓN de la Provincia de Bs. As. El micro hizo su llegada a tempranas horas de la mañana. Hice mi desembarco y caminé hacia la calle 60 entre 10 y 11 para saber en qué situación estaba mi expediente de ANTIGÜEDAD DOCENTE iniciado en abril del 2006. En diciembre de ese mismo año había hablado con la empleada del sector Escalafón quien me dijo que la carpeta había entrado en ese sector en octubre del mismo año.

Hice una larga cola, gritaban: LOBERÍA- CHASCOMUS-LOMAS-LOBOS finalmente me tocó a mí. OH casualidad me atendió la misma empleada que en aquel momento. Le comento que hacía ya varios años que venía cobrando como un docente recién iniciado (o sea $930+incentivo 74) que deseaba saber si el expediente había avanzado. Pide mis datos, se va a una oficina. Al tiempo aparece con mi carpeta en su mano derecha quitándole con la izquierda restos de tela de araña enredada en una de sus puntas. Corre llevándola hacia otra oficina y me dice que no me preocupe que efectivamente todavía estaba en ESCALAFÓN. Por la falta de personal, agregó. No me prometió que cobraría durante este año, sí me dijo que, si durante este ciclo lectivo no llegaba a cobrar el 100% más que por la antigüedad me correspondía, que me volviera a acercar. (Será para que despierte al expediente si es que éste quedara dormido en algún nuevo mostrador antes de alcanzar su recorrido final).

El estado firmó con los gremios a partir de MARZO DEL 2007 los $1040 que yo jamás cobré. No tengo ningún descuento extra (Cuotas de sindicatos u otros descuentos), asi que aproveché para ir hasta la calle 13 y 56 a LIQUIDACIONES. Primero hice la cola en LIQUIDACIONES TITULARES, pero cuando me tocó a mí, la empleada me dijo que mi sueldo pertenece al de PROVISIONALES porque a pesar de mis 3 años de titularidad no tengo aún número de resolución. Intenté seguir la explicación de la funcionaria pública quien a través de largas y extrañas fórmulas fundamentaba que el recibo era correcto. Manifestaba que el resultado del mismo consistía en obtener el 33,33% del 1,66 % de la primera cuota del semestre uno del año 2006 de acuerdo a la base de los 470,71 del MDPN etc, etc, etc. preferí continuar cobrando los $1004.

Como ya estoy en condiciones de pedir MAD (movimiento anual docente) pues ya tengo tres calificaciones fui a corroborar por qué no me llega el PAD (puntaje anual docente) sin él no puedo hacer ningún movimiento. Tuve que volver a la calle 60 entre 10 y 11. Una señora alta de distante actitud me increpó preguntándome si había hecho el RECLAMO.

Le pregunté reclamo de qué iba a hacer si todavía no me había llegado el puntaje.

-Creo, agregué que primero debería llegarme el puntaje y luego si es incorrecto hacer un reclamo.

-No, no no... interrumpió la empleada, el puntaje le va a llegar cuando lo haya reclamado. Usted, debe mandarme todas las fotocopias del título y la antigüedad de todas las escuelas públicas en la que hubiere trabajado.

-Pero es que tengo empapelado al Ministerio con mis títulos, cada año de ingreso se los vuelvo a mandar, explicité. A parte su colega (por la empleada de escalafón que estaba ahí. Escalafón y puntaje funcionan en oficinas contigüas) tiene mi legajo con todos los comprobantes de las escuelas en las que trabajé.

-No importa, sostuvo, debe mandarmelos otra vez, pero, recuerde sólo lo del estado-recalcó.

-Escuche, continué, no puedo tener el puntaje de alguien que recién inicia cuando en realidad tengo una experiencia de 20 años. Debe incluir mi antigüedad en la escuela privada que también contribuyó en mi formación docente. No puedo competir con alguien de mayor puntaje si el mío queda tan abajo en la medida que sólo tome en cuenta mi experiencia en la escuela pública.

-Bueno, vamos a ver, objetó.

Cuando llegué al último tramo del día, “Ingreso Docente” en la Torre 1, noveno piso para averiguar en qué momento saldría mi resolución del nombramiento de Titular. El encargado de ese sector me preguntó con firmeza si yo había llamado.

-Si yo había llamado a quién...pregunté.

- A la funcionaria pública que se ocupa de estos temas, dijo.

-Pero... agregué dubitativa, es que yo no sabía que había que llamar para recordarles que no se olviden de gestionar mi resolución. Supuse que...

-Usted siempre tiene que hacer una llamadita, y me preguntó imperativa, tiene una lapicera, anote, ordenó. Saqué mi libretita y con celeridad apunté el número que me dictó. Debe hablar con... y escribo su nombre. No olvide llamarla, añadió, aún no, espere, más o menos para mitad de año, estamos recién empezando con los titulares del 2006.

Finalizado el último trámite, salí de la oficina con un profundo dolor de cabeza. A esta altura, ya no me preocupaba el camino a seguir puesto que había aprendido que los caminos habían extraviado toda racionalidad. Mi lógica de construcción o de operar en este micromundo ya no funcionaba, con lo cual perdí el rumbo.

jueves, 21 de febrero de 2008

Curso de posgrado

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Les informo un curso que propone la UNIVERSIDAD FLACSO ARGENTINA:

Es un curso de posgrado que se dicta a DISTANCIA.

Está orientado a: Equipos de orientación escolar, asesores pedagógicos, psicólogos, psicopedagogos, psicoanalistas, trabajadores sociales, abogados, educadores sociales y de educación especial. Docentes de todos los niveles educativos, tutores, directivos y supervisores. Profesionales vinculados a la formación y capacitación docente. Funcionarios de organismos públicos, miembros de organismos no gubernamentales y otros agentes socio-comunitarios.

El cierre de inscripción es el 15 de marzo.

El objetivo del mismo dice así:

“El programa de Psicoanálisis y Prácticas Socio-Educativas es un espacio que aporta a abordar el Malestar Educativo Actual. Los nuevos escenarios socioculturales, hacen necesario producir herramientas conceptuales y de acción, que permitan a los profesionales pasar de una comprensión general de los problemas a un tratamiento de lo singular.

Dificultades para trabajar con nuevas modalidades familiares y para sostener la escena educativa bajo las formas escolares tradicionales; los nuevos modos de presentación de niños y jóvenes; las modificaciones en los vínculos intergeneracionales y educativos; las toxicomanías, nuevas sexualidades, impulsividades y apatías; la judicialización y patologización de problemas educativos, requieren transformar las perplejidades y los padecimientos que producen en situaciones a ser analizadas y en estrategias de acción” (el subrayado es mío)

Me parece un curso interesante. El equipo de docentes está conformado, entre otros, por Silvia Duchatzky, quien escribiera junto a Cristina Corea el libro: CHICOS EN BANDA (Los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones). Editorial Paidós. 2002. Leí su libro y además tuve la oportunidad de escucharla en un curso que realicé. Me resultó sumamente interesante la estrategia de acción que proponen. Sigo sosteniendo que hoy el compromiso debe venir de todas las partes que componen la institución. No creo en el esfuerzo de uno. Hay que hacer cuerpo con el otro. El trabajo en red es lo que nos permitirá hacer soporte.

Me parece muy interesante también, el análisis que hacen las autoras en su libro, respecto de la construcción del semejante. (Toman a Giorgio Agamben). El trabajo realiza todo un recorrido sobre el camino de construcción de la subjetividad.

Quienes conozcan cursos interesantes, fundamentalmente que se dicten a distancia, por favor si fueran tan amables de escribirlos en el sector de "comentarios" para conocimiento de todos. Gracias

Se está dictando una especialidad sobre "Relaciones Vinculares" en Capital Federal. Si uno no quiere cursar la especialidad puede optar por realizar sólo las materias que le resulten interesantes. Si alguien tiene interés puedo pasarles mayor información.

martes, 19 de febrero de 2008

ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS

Los niños ese día estaban construyendo instrumentos musicales (cotidiófonos). Trajeron elementos de desecho de sus casas como cajas de fósforos, vasitos de yogur, piedritas, tarros de cartón grande, chapitas, papeles de colores, etc.

Con ellos armamos, luego de discriminar sonidos (a través de la escucha de distintos cassette que había estado trabajando), instrumentos.

Realmente estaban muy entusiasmados. Esos instrumentos se utilizarían para acompañar una canción que pensábamos presentar en un acto patrio.

Mientras transcurría el armado, Omar jugaba con la lapicera de Alejandro. Esta lapicera contenía una polea que al tirar del hilo se estiraba y al soltarlo era llevado nuevamente hacia su orificio de salida o a su lugar de origen.

Atraído, seguramente por este novedoso y enigmático sistema, repite el movimiento sin que yo advirtiera su juego, hasta el momento en que Alejandro grita: “Me lo rompiste”, “Me lo rompiste”... Intento que Alejandro se tranquice y me explique lo que sucedía. El me comenta excitado que Omar le rompió la lapicera. Con suma tranquilidad le explico que Omar se debió haber sentido muy curioso por conocer el funcionamiento de su lapicera. Le dije a Alejandro que no se preocupara, que Omar y yo, intentaríamos REPARARLA. Fue decir esto y Omar de inmediato comenzó a tirar papelitos hacia el sector en el que yo estaba:

SEÑORITA PELOTUDA. SEÑORITA PUTA. TU HIJA ES UNA SUCIA. A medida que los levantaba del piso los iba leyendo, acabados los papelitos que me arrojaba, agregué: Omar vos sólo estabas atraído por esa lapicera que te resultaba misteriosa, seguro que tenías mucha curiosidad. . No sé que habrás entendido cuando dije que los dos intentaríamos REPARARLA. Eso significa que vamos a intentar arreglarla. Vení a sentarte junto a mí (lo invito a sentarse mientras me pongo los lentes para estudiar el artefacto), dicho esto, el niño comienza a pellizcarse, se tiraba los cabellos como intentando arrancárselos de su cabeza, luego se para y comienza a golpear su cabeza contra el armario. Lo tomo con mi brazo derecho de su cintura para alejarlo del armario. El intenta soltarse. Mientras tanto, el niño damnificado levantó sus pies y comenzó a tirar todos los bancos hacia delante luego con su cola empuja su silla hacia atrás, tirando como un efecto dominó las sillas y mesas. Mas tarde se levantó y comenzó a revolear mochilas por el salón. Tomándolo con mi brazo izquierdo de su cintura intentaba contenerlo. El movimiento de ambos niños me giraba hacia la derecha y hacia la izquierda. Mandé llamar a la AE para que intervenga en el caso, pero quien debía estar ese día no había asistido.

La señora portera entra con un cuadernito de comunicados que yo había mandado a la secretaría en la primera hora, porque el padre de uno de mis alumnos, pedía un certificado de alumno regular. La secretaria me enviaba por la portera el certificado para que yo lo complete.

Mientras giraba de izquierda a derecha, una niña me toma de la manga y tirando de ella me pregunta si el timbal era parecido al bombo...

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domingo, 17 de febrero de 2008

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE MIS CLASES EN LA UNIVERSIDAD



La bella cautiva. R Magritte,1967


“Cada cosa que vemos cubre otra y nos

gustaría mucho ver lo que se nos oculta

tras lo visible” R. Magritte


Este es un cuadro que me gusta muchísimo. Por muchos sentidos. Te invito, a que veamos por unos momentos este cuadro: La bella Cautiva de Magritte y le dediques unos minutos a pensar estas preguntas: ¿Qué ves en esta obra de arte?...¿Crees que esta obra de arte intenta representar algo real?. Pensá en su título: ¿Qué habría querido decir el autor?

Seguramente si hicieras este ejercicio junto a otros amigos caerían en la cuenta que no todos habrían visto las mismas cosas, ni les habría despertado los mismos sentimientos. Decir: ¿Qué ven en esta imagen? ... es una experiencia de construcción subjetiva. El cielo real está perdido, y si algo de él captamos es a través de nuestras representaciones. Esto mismo ocurre con nuestros alumnos, la misma capacidad de ver otra cosa. Esa capacidad de sorprendernos cuando dan un sentido nuevo a aquel análisis: (por ejemplo, por mencionar alguna de las operaciones de pensamiento) que la construcción “oficial” había instituído con un determinado formato. Este tipo de ejercicios siempre me resulta maravilloso, novedoso y es la posibilidad de indagar en un campo nuevo de conocimiento sobre mis alumnos para internarme junto a ellos y conocer así cómo o desde qué lógica construyen sus teorías. Pero lamentablemente no hay suficiente tiempo para este tipo de praxis.

Esta libertad con que ustedes pensaron y generaron estas respuestas ha sido desde la conviccion de que no habrían de ser “calificados”. Uno de los grandes errores decía un profesor mío,consiste en que: “El único sentido del aprender es atribuible a que aquello que se aprende será calificado”. Este profesor comentaba que se había hecho en una Universidad pública Nacional una encuesta. Una de las preguntas decía ¿Cuáles son tus metas para el presente año en la Facultad?. La respuesta casi masiva fue: “aprobar todas las materias que estoy cursando”. Pareciera que la razón del tránsito de un alumno por las aulas, decía este profesor, tuviera por finalidad sólo el ser calificado, y así, el interés por el conocimiento y el aprendizaje parecen ser sustituídos por el “interes por aprobar”, en tanto que se estudia en primer lugar para aprobar y luego (y en ocasiones ni siquiera ello) para aprender. Lo cual es realmente triste. Fíjense hasta qué punto llegábamos también nosotros como cátedra que en nuestro primer día de clase, antes de comenzar con el desarrollo de la primera temática, sólo nos limitábamos a hacer una minuciosa explicación de las condiciones requeridas para aprobar la asignatura. . Pero además, no sé si a algunos de ustedes les ha ocurrido, nuestro grupo de profesores la mayor parte de las veces hemos sentido, que no tenemos mucho tiempo para generar otros tipos de aprendizajes porque el programa nos apura, no llegamos, hay que cumplimentar fechas de entrega de calificaciones,(lo que en pedagogía se llama DETERMINANTES DUROS. Los determinantes duros son el TIEMPO, EL ESPACIO,ETC) etc, etc... y los alumnos están más o tan apurados que nosotros, prefieren evitar el tener que generar, pensar, construir...prefieren rastrear qué es exactamente lo que el profesor quiere que diga en un exámen o ubicar cuáles son los conceptos o la ideología a los que el profesor adscribe para tenerlos en cuenta a la hora del examen. O sea, la mayor parte de las clases, el alumno pone más energía en estudiar el perfil del profesor con el fin de aprobar que en construir su aprendizaje.

Deseo agradecer especialmente al prof. Lic. Jorge Steiman. Tomo de mis apuntes de clases de un curso realizado con él estos comentarios que recorté hoy para transmitirles.

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martes, 12 de febrero de 2008

ROL DOCENTE, EN PICADA.

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Cuando expuse mi visión acerca de la caída de la PROFESIÓN: MAESTRO, quise situar que el mismo ha pasado a ser el: "che pibe" institucional. Veámoslo a través de algunos ejemplos:
Si falta algún colega en la E.P.B la política institucional hoy es dividir al grupo repartiendo a los alumnos en dos o tres grados.
Años atrás los directivos se hacían cargo del grado que quedaba sin docente. Si el directivo estaba ocupado, el grupo quedaba a cargo de la secretaria de turno.
Lo que sostenía esta práctica no era sólo el respeto al alumnado en tanto se le respetaba la continuidad de aquello que venían trabajando sino que incluso lo aprovechaba el directivo para conocer más profundamente al grupo y conocer además el nivel que habían alcanzado. No siempre se contaba con una oportunidad que permita cercanía en un clima de intimidad.
Ahora bien, si nos atenemos a los ejemplos de lo que ocurre hoy en las aulas como las experiencias citadas más abajo (ver: APENAS DOS DÍAS DE CLASE) está claramente ilustrado que es muy difícil armar estrategias pedagógicas válidas para el grupo a cargo, como para además, intentar orientarse en el nivel y temas recorrido por los niños ingresados ese día. Con esto, no quiero decir que ningún docente rápidamente salga a paliar la situación, todo lo contrario, de inmediato divide el pizarrón en dos, hojea velozmente una carpeta y , como un mago saca de la galera un conejo, así de ligero, el docente, improvisa una clase. Claro que no es hacia ese punto que deseo centrar mi análisis sino hacia otro más profundo aún. Esta actitud muestra a las claras que una clase o la actividad que ese día se hubiere planificado pueden ser interrumpidas, porque no guarda ningún valor en sí misma para quien interrumpe. A ver veámoslo en este ejemplo:
"Pensemos en un cirujano en pleno despliegue de su actividad profesional, esto es, en el quirófano. ¿Podrían imaginarlo siendo interrumpido por el administrador del hospital para que firme una planilla, por la recepcionista para que se haga cargo de controlar a los pacientes de su colega que no viene ese día, etc., etc.?". Seguramente que le parecerá, amigo lector, realmente descabellado si se sucedieran episodios de esta naturaleza ya que para que la operación llegue a buen término es necesario que se cumplimenten ciertas medidas de cuidado. Bueno podríamos decir que pareciera que el maestro no tiene mucho que hacer en las aulas, pareciera que no importara si el tema lo da hoy o lo da mañana o lo da por la mitad. Poco parece interesar si se interrumpe a mitad de camino de la construcción de un concepto, o si se coarta el clima que el docente logró generar para que sus alumnos lo atiendan mientras dramatiza su cuento. Da igual.
Primer declive de la profesión. Cualquiera es docente en el sentido que quien interrumpe la clase desconoce el rol o lo desdibuja, ya que pareciera que la persona que ocupa el aula no estuviese manejando ninguna herramienta o dirección o estrategia de enseñanza. Simplemente es un sujeto que está ahí.
Segundo punto a analizar:
De ninguna manera acuerdo con los abusos que se cometen respecto de la toma de licencias. De hecho conozco un sólo caso de un docente que ha vivido de licencia en licencia y ostenta un sueldo que ella llama "Mi alquilercito" que es la paga que recibe mes tras mes mientras está en su casa.
Salvando este caso, comparto mis días con colegas que narran situaciones de aula que superan toda praxis para la que hemos sido preparados en los profesorados. Transitar año tras año experiencias de aula como las relatadas hace que en pocos años de ejercicio profesional muchos maestros terminen con licencia psiquiátrica o licencias por enfermedad buscando preservarse de alguna manera. A partir de aquí analizaré la segunda caída del rol. (Continuará próxima entrada...)

domingo, 10 de febrero de 2008

Pensando mi práctica

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Los acontecimientos narrados han sido muy fuertes. Es difícil poner en palabras lo que he sentido como docente en esos momentos. Por un lado una sensación de profunda desolación. Me veo a mí misma intentando desanudar los conflictos que se van sucediendo al tiempo que intento generar aprendizaje, profundizar en los conocimientos, internarme junto a mis alumnos en el campo del saber, navegar a través de lo que cada uno trae y piensa o ha construído acerca del mundo y lo que hay en él, tratando de trabajar a partir de sus propias teorías... Pero esto que escribo no es más que puro tiempo potencial o sea: "simple expresión de deseo". Por lo menos he sentido que ese año no pude lograr ese fin. Pero año tras año noto cuan difícil es ser MAESTRO. Tal vez nuestra práctica requiera de una nueva mirada de un nuevo paradigma del ejercicio profesional... Quizá pueda ir vislumbrando nuevos horizontes a partir de otras tantas experiencias que iré comentado.
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Apenas dos días de clase...

Narraré dos días de clase. Los mismos transcurren con 4 días de diferencia entre el primero y el último. Deseo aclarar al lector, comentándole que estas experiencias se suceden en un colegio céntrico de mi localidad, ubicada en el conurbano bonaerense. Se trata de una escuela pública que a partir de cuarto año de la E.P.B es de Jornada Completa. Los nombres de los niños han sido modificados para preservar su identidad. Estas experiencias ocurren en un tercer año de la EPB o sea se trata de niños que oscilan los 8 años. Me interesa pensar mi propia práctica y los recortes y pensamientos de algunos "TECNICOS"en educación. Mi vuelta a las aulas me ha conmovido profundamente y a veces me pregunto qué es lo que ha pasado durante estos 20 años de mi tránsito por ellas...

Omar viene muy nervioso a clase, ya entra irascible y muy sensible a todo cuanto le ocurre, por ejemplo, exige estar sentado con Rodrigo si no no quiere trabajar, así lo expresa: "NO TRABAJO". Rodrigo ya no quiere sentarse con Omar. No logro persuadir al compañero para que se siente con él. Para todo esto transcurre la primer hora de clase. Finalmente, Omar decide cambiarse de banco, se sienta atrás sólo y enojado. Si no es con Rodrigo no quiere a ningún otro compañero, no acepta otra posibilidad. No lo conforman mis soluciones alternativas.
A mitad de la segunda hora intento comenzar la clase. Omar no trabaja ni participa, en su lugar, comienza a insultar a los compañeros. Lo hace en voz alta. Se lo escucha con absoluta claridad en todo el salón. PUTO... PELOTUDO... de manera provocativa, mira a los ojos de la persona a quien dirige el insulto. Esteban se levanta a quejarse: "Seño, me dijo "PUTO"... ". Explico a la clase que pareciera que Omar no se siente de buen ánimo en el día de hoy, que está muy sensible y que pareciera que no estaría dispuesto a escuchar que un compañero no desea sentarse con él hoy. Tal vez eso le ha molestado tanto que no puede disfrutar el saber que otros niños gustosos se han ofrecido a sentarse junto a él" y continúo con la clase.
Omar continúa provocando a distintos compañeros. Cuando una niña se acerca a preguntarme por una tarea del día anterior y me siento en mi escritorio para explicarle algunos errores que observo en la misma, escucho que Omar dice PUTO...PUTO... vení PUTO CHUPAME LA PIJA y Alejandro salta sin mediar palabra a pegarle.
Mientras intercambian golpes de puños yo corro a separarlos desde mi escritorio hacia el sector del aula en el que se pelean. Intento contener una piña que dirige Alejandro, coloco mal mi mano izquierda. Alejandro pega con su puño en mi muñeca y mi mano hace un giro hacia la izquierda. Ese latigazo me provoca un esguince de tendón en mi dedo pulgar izquierdo.

Comenzamos el día de clase. Cuando regresamos a las aulas luego del primer recreo, retomamos el tema de la hora anterior, estamos conversando sobre los planetas, en especial sobre el planeta Tierra, cómo ellos suponen que se hace de día y de noche, les pido que dibujen en una hoja su propia teoría al respecto. Surgen ideas de las más interesantes algunos suponen que se prende y se apaga el sol según sea de día o de noche, a través de algún sistema de encendido como los interruptores que tienen en la casa. Otros dicen que la llama del sol se pone más fuerte de día y se apaga de noche a través de alguna llave como por ejemplo las que se usan para encender la cocina que además serviría para justificar el motivo por el cual es verano o es invierno, etc. Mientras transcurre la clase Alejandro juega con una botellita de plástico. La tiene debajo de su pie y la hace rodar hacia adelante y hacia atrás con un molesto crujir que no nos permite escucharnos. Le pido a Alejandro que me dé la botellita, que se la devolvería durante el recreo. El contesta: NO TE LA DOY. Logro quitársela y mientras converso con los niños, Alejandro se para e intenta sacármela pegando saltos y estirándose para alcanzar mi mano que sostenía la botella. A lo que le respondo: "Alejandro, te dije que ahora no te la daré, como no puedes guardarla tal como te lo propuse la guardaré yo hasta el momento en que toque el timbre". Manteniendo su mirada hacia mi toma la caja de tizas que estaba sobre el escritorio y me las arroja a mi cara. Le pido entonces sin levantar la voz que por favor las junte, a lo que responde que no. Le digo que si no lo hace tendrá que ir a reflexionar a la Dirección quien le recordará que en la Institución hay derechos pero también obligaciones. Alejandro responde: No voy. Total, continúa, acá no pasa nada. Efectivamente no se movió del salón. Voy hacia la dirección buscando la intervención de un tercero representante y garante de la legalidad institucional. La Sra. Directora responde: Matalo, pero matalo lejos de acá. Actualmente casi no recurro a la dirección. Volví al salón diciéndole que la Sra. Directora estaba notificada del suceso y le recordaba a través mío que estaba en una Institución Educativa. Que tenía la obligación de respetar a sus compañeros y a su docente tanto como él tenía el derecho a ser respetado.